La estimulación externa durante el sueño puede ayudar a fortalecer la memoria, lo que a su vez puede favorecer los procesos de aprendizaje, según un estudio publicado en Nature Neuroscience. Esa estimulación podría reforzar lo que las personas ya han aprendido, pero no las ayudaría a adquirir nuevas habilidades.
Los investigadores enseñaron a los participantes del estudio a tocar dos piezas de música al presionar ciertas teclas en determinados momentos. Tras aprender a tocar las piezas artificialmente generadas, los participantes tomaron una siesta de 90 minutos. Mientras dormían, se reprodujo sólo una de las canciones. Las suaves pistas musicales se reprodujeron durante el sueño de ondas lentas, una etapa del sueño relacionada con el almacenamiento de la memoria. Mientras, los investigadores registraron la actividad eléctrica cerebral mediante electroencefalografía.
Tras despertar, los participantes cometieron menos errores al tocar la pieza que se reproducía mientras dormían, en comparación con la que no se reprodujo. Los autores piensan que tales hallazgos podrían aplicarse a otros tipos de aprendizaje, como el estudio de un idioma extranjero.
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