Las reacciones bioquímicas que causan la enfermedad de Alzheimer (EA) podrían comenzar en el útero o justo después del nacimiento si el feto o el recién nacido no recibe suficiente vitamina A. Recientes hallazgos, basados en estudios de ratones genéticamente modificados, también demuestran que los suplementos administrados a los recién nacidos con bajos niveles de vitamina A podrían ser eficaces para frenar la progresión de la EA.
Los investigadores examinaron los efectos de la privación de vitamina A en el útero y la infancia en ratones modelo de EA y detectaron que incluso una deficiencia leve de vitamina A aumentaba la producción de β-amiloide, la proteína que forma placas en el cerebro. Esos ratones, cuando carecían de vitamina A, alcanzaban un peor desempeño en pruebas estándares de aprendizaje y memoria cuando llegaban a la edad adulta.
Sin embargo, era posible revertir ese daño: los ratones que se vieron privados de vitamina A en el útero pero recibieron suplementos inmediatamente después del parto, hicieron mejor las pruebas que los animales a los que no se les administraron esos suplementos.
El estudio también incluyó nuevas pruebas en seres humanos sobre la conexión entre vitamina A y demencia en la vejez. En un examen de 330 personas mayores, se encontró que el 75% de aquellos con deficiencia de vitamina A leve o significativa presentaban deterioro cognitivo, en comparación con el 47% de aquellos con niveles normales de vitamina A.
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