Tanto la gripe como la COVID-19 pueden aumentar el riesgo de ictus, pero las probabilidades parecen ser ocho veces mayores con la infección provocada por el SARS-CoV-2.
Los investigadores compararon la incidencia de ictus entre 1.196 pacientes con COVID-19 y 1.486 pacientes con gripe ingresados en dos hospitales de la ciudad de Nueva York. Entre los pacientes con COVID-19, un 1,6% (IC 95%: 1,1-2,3%; n = 31) sufrieron un ictus isquémico frente a un 0,2% (IC 95%: 0,0-0,6%; n = 3) entre los pacientes con el virus de la gripe. Tras ajustar por edad, sexo y raza, el riesgo era 7,6 veces más elevado (IC 95%: 2,3-25,2) entre los pacientes con infección por COVID-19. La asociación persistía tras ajustar otras variables, como los factores de riesgo vascular, la sintomatología vírica o el ingreso en la unidad de cuidados intensivos.
Los resultados respaldan la idea de que la infección por COVID-19 es más grave que la infección por gripe. Según los autores, infecciones y otras afecciones inflamatorias son factores de riesgo establecidos del ictus, por lo que no resulta sorprendente que los pacientes con COVID-19 puedan sufrir un ictus como una complicación de la infección.
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