La adquisición del lenguaje depende de la integración entre la información motora y la representación auditiva de las palabras en el cerebro, pero ahora un reciente estudio aporta información sobre las vías neurales implicadas en el aprendizaje de palabras entre los humanos.
La clave se encuentra en el fascículo arqueado, un haz de fibras nerviosas que conecta las regiones auditivas del lóbulo temporal con la región motora situada en el lóbulo frontal, en el hemisferio izquierdo. Los resultados revelan que las diferencias individuales en el desarrollo de las conexiones en este haz condicionan la capacidad de aprendizaje de nuevas palabras.
En el estudio participaron 27 voluntarios sanos. Los investigadores les hicieron escuchar nueve palabras trisilábicas artificiales, sin ningún significado asociado y con estructuras similares a las palabras de la lengua castellana. Las nueve palabras se repetían de manera aleatoria 42 veces. Para adquirir la información complementaria sobre la estructura y la función cerebral se utilizaron dos técnicas de resonancia magnética, por tensor de difusión y funcional.
Posteriormente, los participantes escucharon una serie de palabras y se les pidió que identificaran las que habían oído durante la fase de aprendizaje. Los investigadores detectaron una fuerte relación entre la capacidad de recordar palabras con la estructura del fascículo arqueado, que une el área de Wernicke, relacionada con la decodificación auditiva del lenguaje, y el área de Broca, que coordina los movimientos asociados al habla y el procesamiento del lenguaje.
Los participantes que aprendían mejor las palabras tenían el fascículo arqueado más mielinizado. Además, la sincronización entre la actividad de las regiones conectadas por este fascículo era mayor en estos participantes.
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