A lo largo del día, los individuos retienen gran cantidad de información. Un estudio ha revelado que, cuando dormimos, las conexiones neuronales que recogen información importante se fortalecen y las creadas a partir de datos irrelevantes se debilitan hasta perderse.
Los investigadores estimularon las conexiones neuronales de ratones sometidos a un tipo de anestesia que consigue un estado cerebral similar a la fase de sueño de onda lenta en humanos. La estimulación se realizó «a ciegas» porque no se sabía la información que contenía cada uno de los vínculos. Se desarrolló un sistema para seguir la evolución de una determinada sinapsis neuronal y así estudiar qué tipo de actividad influye en que éstas se mantengan, crezcan o disminuyan.
Los resultados muestran que, durante el sueño de ondas lentas, las conexiones más grandes se mantienen y las menores se pierden. Este mecanismo cerebral mejora la relación señal-ruido (permanece la información importante y se desecha la prescindible) y permite el almacenamiento de varios tipos de información de un día a otro sin perder los datos anteriores. Es decir, los que ya se han considerado relevantes anteriormente se mantienen en ese estado sin tener que volver a reforzarlos.
De esta manera, el cerebro «pone orden» durante las horas de sueño, descartando las conexiones más débiles para asegurar recuerdos más fuertes y consolidados. En el caso de que todos estos vínculos se reforzasen por igual durante el sueño, el cerebro se saturaría por una sobreexcitación extrema del sistema nervioso.
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