Una reciente investigación, realizada a lo largo de seis años en una muestra grande de población anciana, ha apuntado que las sospechas de que las estatinas para reducir el colesterol podrían dañar el cerebro parecen no tener fundamento, e incluso en algunas personas en riesgo de demencia, ciertas estatinas podrían mejorar la memoria y las funciones cognitivas.
Los científicos recogieron datos de 1.037 australianos de 70 a 90 años que participaron en el Sydney Memory and Ageing Study. De ellos, unos 600 tomaban estatinas y las habían tomado durante un promedio de nueve años. Al principio del estudio se evaluaron la memoria y las habilidades cognitivas de todos los participantes, y no se observaron diferencias entre quienes tomaban o no tomaban estatinas.
Algunas personas también se sometieron a imágenes de resonancia magnética para evaluar el volumen cerebral. Las neuroimágenes no mostraron diferencias significativas en el volumen cerebral entre quienes usaban o no usaban estatinas a lo largo de dos años. Durante seis años, los investigadores siguieron sin encontrar diferencias significativas en la memoria y la capacidad mental entre ambos grupos. Además, en 99 participantes que comenzaron a tomar estatinas durante el estudio, éstas se vinculaban con una tasa más baja de pérdida de memoria.
En las personas con enfermedad cardíaca, diabetes u otros factores de riesgo de demencia, el uso de estatinas ralentizó el deterioro mental en comparación con los no usuarios que padecían las mismas afecciones. Al observar a los participantes que portaban la mutación genética APOE-4, con un elevado riesgo de enfermedad de Alzheimer, los investigadores encontraron que las estatinas parecían ralentizar de forma significativa la tasa de deterioro mental.
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