Estudios anteriores han mostrado que el consumo de café puede ser un factor protector contra el desarrollo de la enfermedad de Parkinson (EP) en personas sin factores de riesgo genéticos para la enfermedad. Sin embargo, un nuevo estudio ha examinado el caso de quienes poseen una mutación genética en LRRK2, que aumenta el riesgo de EP.
Los investigadores compararon 188 personas con EP y 180 personas que no sufrían este trastorno neurodegenerativo; ambos grupos tenían personas con y sin la mutación en el gen LRRK2. Se examinó el nivel de cafeína en la sangre y cómo variaba entre los grupos, y se hizo lo mismo con otras sustancias químicas que se producen a medida que la cafeína se metaboliza en el organismo. Un total de 212 participantes también cumplimentaron un cuestionario acerca del consumo diario de cafeína consumían.
Entre las personas portadoras de la mutación en LRRK2, las que tenían EP presentaban una concentración de cafeína en la sangre un 76% menor que las que no tenían EP. Los pacientes con EP y una copia normal del gen tenían una concentración sanguínea de cafeína un 31% menor que las personas sin EP y no portadoras de la mutación. Los pacientes con EP y portadores de la mutación genética también tenían un menor consumo de cafeína en su dieta, un 41% menos de cafeína por día que las personas sin EP, tanto con la mutación del gen como sin ella.
Los autores del estudio reconocen no saber si las personas con una predisposición a padecer la EP pueden tender a evitar beber café, o si algunos portadores de la mutación toman mucho café y se benefician de sus efectos neuroprotectores. Los resultados del estudio tampoco prueban que el consumo de cafeína cause directamente un menor riesgo de padecer la EP, solo muestra una asociación.
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